domingo, 4 de octubre de 2009

DANIEL GRAD - CINCO CARTAS

Comentario a cinco CARTAS de Daniel Grad, publicadas en la colección de la Asociación de Poetas Argentinos, LA MANO DE CRISTAL Nº 8 ,en noviembre de 2008.

1.Se perciben diversos climas en cada una de estas cartas. En la primera, dedicada a Romina Berenice Canet, advertimos un hálito de frescura, de inocencia, de infancia: el verde limón que todos hemos cantado. Hay también una sugerencia de lo trágico, pero la vida transcurre dentro de los códigos mágicos de la niñez, donde la “oscuridad” es un temor palpable, poblado de lo inimaginable.”El gorro del olvido” es el que acecha al poeta cuando intenta regresar por completo a esos momentos, y advierte que no le es posible. Porque al atravesar la puerta de la infancia, la paloma queda detrás de “los cristales” en la “distancia de la arena”

2.En cuanto a la carta que sigue, la dedicada a Susana Fernández Sachaos, nos abre la puerta de un mundo tan inasible como “la luz de un faro en la memoria del temblor”, un mágico camino ¿inexistente? Más allá de las palabras, el yo lírico “ni desea esa zozobra del pronombre”. En esa dimensión el infinito se ha vuelto natural: “sea la tarde (sin orillas)” porque lo sutil cobra más importancia que lo concreto.”Nada queda en el aire (salvo el aire)”.Y la magia que se expresa con la palabra “Sea”, repetida como el rito de la creación, obra corriendo velos, ¡Que nunca se detenga “la ronda del búho”!

3.En otra Carta, dedicada a Giselle Giarrizzo, se plantea el tema de la pérdida : “la niña del tatuaje vuelve al río”,” y se manifiesta con fuerza el asombro de advertir que no han quedado rastros:” ¿ Qué de la arena sin caminos?”, que ni siquiera el dolor puede grabar su huella eternamente., cuando tanto dolor sólo quedan “Piedra y vestigios del tatuaje”.Sin embargo hay otra dimensión de permanencia “Ya no llueve, ya no amarras”, como si esa levísima ruta de” evanescentes hijos de regreso al ombligo”, contuviera la enigmática respuesta, en ese “Ámbar y amparo”


4.En la Carta que propone “abrir la caja de Pandora”, se advierte una valentía natural, un no poder detenerse para decir que “Atrás está la orilla”.Lo desconocido siempre será más fuerte, y su misterio convoca: “Dicen que la lluvia cegará a la lluvia”. Como la poesía, la caja de Pandora no podrá dejar de revelar sus secretos:”Garganta plural, fuego que amamanta el fuego”. Y el riesgo se asume a sabiendas:”Quiera Pandora no quemarse.” La entrega a la poesía es total en esta carta como si ese paréntesis “(jugar con cajas es tarea infinita)” nos introdujera en la dimensión totalmente lírica donde los paréntesis van señalando la otra cara de la realidad que se desdobla porque no podrá de abandonarse la indagación profundísima, pese a los obstáculos: “Dicen que la lluvia cegará a la lluvia”


5.Finalizo hablando de la Carta dedicada a María Meleck Vivanco, una carta de clima nostálgico, como de quien le habla a un ser muy querido, pero a la vez vital, pleno de sensaciones:”Todo huele a madera y a canciones antiguas”. A diferencia de las Cartas anteriores, lo inasible desaparece, pese a que “Ruanda está lejos en el tiempo”.Elementos de la vida de esta poeta son poetizados con íntima ternura. A la solidez del “ladrillo en la tormenta” se unen una cierta paz o armonía naturales:”Alguien teje esta tarde”. La naturaleza se resuelve en lo asible” la piel retorna a la semilla”, la voz se torna sólida y la idea de la nostalgia clava su puñal pequeño en la piel:”Son demasiados los ríos desde junio”

Concluyo diciendo que en estos poemas-cartas hay una percepción de lo subyacente desde una perspectiva puramente lírica que transforma y lleva al lector al mundo donde las palabras tejen su red narcótica.

2 comentarios:

  1. Maravilloso Daniel Grad...
    Gracias Irene.

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  2. Una vez más el agradecimiento... en este momento en que la mirada (muchas veces) nos lleva a lugares tan ajenos, festejo esta mirada tan propia. ¡¡Gracias!!

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