domingo, 20 de junio de 2010

AMALIA MERCEDES ABARIA

Y LA NAVE VA


a Federico Fellini

La nave está ahí, aún.
Se escuchan cantos.

Son ángeles bajando desde las estrellas más profundas.
Son voces subiendo desde los corazones
que dejan en el aire un color de viaje
que ha de llevar a la muerte o a la gloria.

En el muelle, también, se ven rostros de ternura.

Parecen tener la misma alquimia de la voz,
el mismo aliento encendido por el oro de un sueño,
el mismo desmesurado anhelo por ese designio en el mar.

Pero no es así, no.

Algunos sufren la sospecha de un fracaso inevitable,
otros murmuran un mezquino secreto para
vencer al enemigo.

Y el buque parte al fin.

Todos bailan y ríen bajo el resplandor de la noche
(una cubierta con espejo de luna).

La voz de la ópera emerge, expansiva,

Hacia un mundo que perdura,
envolviendo
sensual, vivamente
la luz de la nave.

Queda un surco vivo, como de magia sobre el mar.

1 comentario:

  1. Querida Amalia,
    una suerte de transmutación proponen las imágenes de este bello poema, con climas que remiten al gran Fellini. Un merecido homenaje, sin dudas. Felicitaciones.

    Gracias querida Irene por compartirlo en tu interesante blog!
    Abrazo a las dos

    Elisa Dejistani

    Elisa Dejistani

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