viernes, 30 de abril de 2010

VIRGINIA SEGRET .COMENTARIO sobre ORIGEN de Irene Marks

Origen es un libro que excede tu comentario de las primeras páginas.

Decís que querés resucitar el ritual perdido, que querés “desbarbarizar” lo que, en realidad –y lo sabemos bien nosotras- nunca fue bárbaro, que querés revalorizar las fuerzas de la naturaleza como elemento sagrado.
Todo esto es cierto, estoy de acuerdo y convengo también con vos en que es así, debe ser así. Sin embargo, hay algunos “pluses” en tu libro que tu prólogo no contempla.

Origen es un libro de amor que recorre los tiempos desde el más remoto principio nuestro, pero no en una sucesión de hechos, no en una línea temporal (lo que de ninguna manera sería necesario, claramente) sino que cada poema, desde el primero, conlleva lo que mencionás en tu prólogo y una denuncia bien actual, implícita, de lo que los hombres de hoy, los verdaderos bárbaros, podemos llevar a cabo en términos de destrucción, de desprecio, de maldad conciente o de ignorancia.

Y algo de esto ya hay en el poema inaugural: “¿cuándo haremos brillar nuestras mitades dolidas y resecas, los coágulos que tiemblan y amenazan a veces con partirnos los párpados?”
En el estado en que hoy está el mundo, ardiendo en ira descontrolada, en odios acendrados e infundados, el mundo entero batiéndose por nada (el poder, el dinero, son nada, estoy convencidísima), ¡cómo no sentir que nuestra propia sangre se nos coagula en los ojos! En lo personal, a mí los párpados se me agrietan diariamente; a veces, hasta se me parten (mucho tiene que ver esto con mi trabajo: el contacto con tantos chicos me lleva a saber historias de vida que no debieran suceder).
Por otra parte, aquellos que estaban “en las cavernas subterráneas del miedo” sobrevivieron gracias al conocimiento que poco a poco fueron tomando del mundo. Por eso, por esta cuestión tuya –y mía- de tratar de reencontrarnos con el origen, creo que no es demasiado gratuito de mi parte hacer las asociaciones que te cuento arriba.
Como verás, tu libro da para repensar unas cuantas cosas.

La búsqueda del origen, el encuentro con nuestra esencia, se imponen. Claro que jamás podría yo pensar que se trata de un volver retrógrado y, por lo tanto, reaccionario. Mi mirada con relación a este tema es política, no puede ser de otra manera. Por otra parte, este asunto plantea también un problema, porque yo no sé cómo se podría dejar atrás el logos griego que nos ha marcado a fuego durante 2600 años. Quizá ya no es posible; quizá ya somos otros…

La Fábula cósmica: esta cosmogonía tuya, --que recuerda una perdida edad de oro y por eso tiene ese tinte melancólico—me hizo recordar textos precolombinos, sobre todo al Popol Vuh. El poema VIII, con sus anáforas y paralelismos, con sus repeticiones, con ese aire de letanía que tiene, es un muy bello cierre. Y claro que los Dioses del Dolor avanzan porque temen. Es el signo de nuestro tiempo.

Me gustó muchísimo el poema Entonces (pág. 19). Lográs en este texto el claroscuro de un cuadro barroco. El verso “Y es de noche en la mitad de mí” es un hallazgo: es el cuerpo físico de la mujer semi iluminado por el fuego (fuego calor de hogar; hogar-caverna; fuego primordial; fuego del contraluz; una mitad desaparece en la sombra) y es el interior de la mujer, enigmático. Mujer caverna.
La caverna es el espacio del abrigo y la seguridad, la matriz, pero también y paradójicamente, el lugar del miedo.
Es un hermosísimo poema de amor.

En realidad, la mujer es una presencia permanente en el libro. La figura masculina apenas si se soslaya, queda opacada por su fuerza misteriosa y ancestral.
La mujer es el Mundo primigenio, mítico, de oscuridad, de estos poemas. La mujer es la guerrera omnipresente, y lleva en sí la oscuridad, la noche y, por lo tanto, la muerte. Asesina para sobrevivir. Pero también es mensajera, (A la sombra de la piedra vestal, pág 29), y es vientre, o sea generadora de la Vida (el agua me resulta aquí un símbolo bisémico: agua-vida; agua-muerte (aquí recuerdo las poemas de Lorca en donde es el agua la anunciadora de la desgracia sin vueltas atrás). Y creo que me avala un verso muy compacto: “Porque Muerte habitamos, somos Vida” (Trovadores III, pág. 45).
El poema de la página 21 es bellísimo también. Hay un cuento de Cortázar, La noche boca arriba, un clásico, que siempre me inquietó. Tu poema me llevó a este relato. No se trata exactamente de un sacrificio pero algo que ver con esto tiene. Es difícil explicar la sensación de incertidumbre, de angustia, que me trae tu poema. Tantas veces pensé en qué habrán sentido nuestros remotos antepasados, en este continente desaforado donde habitamos, ante la muerte…

Vuelvo a tu cosmogonía.
Das nacimiento a dioses, diosas, y a una estirpe humana ancestral pero nueva, en una geografía que es América pero no, porque es un mundo mítico que aúna lo muy antiguo americano con el hombre de hoy, de acá y de cualquier otro sitio. Es un mundo brutal de hostigamiento y terrores. La luz es una presencia, siempre, pero apenas, y no puede dominar a las sombras.
Nuestros antepasados americanos adoraban al Sol. Su luz es siempre una esperanza (pág 29).

Me he detenido largamente en la lectura de Conjuro (pág. 30), otro poema que me gustó muchísimo. Se invoca lo que no está presente, lo que no debería faltar pero falta. Los cuatro últimos versos son un final tan tremendo como cierto.

De todos los poemas de tu libro, el que más me gustó es Lejos (pág. 50). Cualquier cosa que diga al respecto, sería malograrlo. Es un poema perfecto.

Finalmente, reflexiono: si éste es nuestro mundo y si venimos –como es que venimos- de habitarlo arrastrando, desde los tiempos del mito, los terrores, la oscuridad, la negrura, ¿qué otra cosa nos queda de ahora en más sino seguir alimentando el fuego de estas nuevas hogueras?

“A veces el llamado renace:
Hay un tambor con ecos infinitos
….

“Este grito es la llave que atraviesa los siglos con los labios
sellados
….
“Porque Muerte habitamos, somos Vida,
….
(páginas 28, 30 y 45 de Orígenes)

Leer tu libro fue entrar en el placer y activar el pensamiento.
Si querés copiar algo de todo esto que escribí en tu blog, demás está aclarar que podés hacerlo.

3 comentarios:

  1. Gracias, Virgi, por tu comentario.Me gustó mucho y captaste muy bien elmensaje del libro. Tenemos muchas afinidades, tanto en poesía como en la vida.Un beso grande de Irene

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  2. gracias por tus comentarios a mi poema

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  3. A Virginia e Irene,
    felicitaciones por el análisis, lúcido y muy bien abordado, por cierto. "Orígen", es un libro que nos deja una huella en el alma, cuyo mensaje, nacido en la soledad sedienta del poeta, (ese espacio de sangre en que toda utopía es posible), nos ilumina a través de una poética rica en significación y sustancia.
    Alta poesía!
    Un gran abrazo a las dos

    Elisa Dejistani

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