domingo, 28 de marzo de 2010

JOSÉ ANTONIO CEDRÓN - POEMAS

No hubo lucha de clases cuando dimos batalla
sólo daños menores en la mampostería
cuyos antecedentes no pueden atribuirnos
fallas de construcción en el armado del cielo
incontrolables nubes y neblina constante
durante el acarreo de la luz.
Rasguños en la piel también menores
cansancio en la energía de los astros
que dieron de morder.
Sí algo de lava y polvo que escaparon
por las escaleras de emergencia
que no sería honesto negar aquí.
Caricias que acabaron despertando combate.
El roce de la carne con los filos del tiempo.
Me deslicé en tu cuerpo como por esos pueblos
que después de sus calles el desierto.
No te besé la espalda ni las piernas
para que la tormenta
no entrara en tu equipaje.
Ahora, con más calma, mirando
por los ojos de huellas y testigos
¿qué margen le darías a este temblor
en la escala de Richter?


José Antonio Cedrón
(del libro ACTAS)


Entre los jeroglíficos hallados en tu almohada
enfrentarás la mueca de los días.
La distancia idealiza.
El sueño solamente demora esa costumbre.
Las miradas de entonces
no quieren saber nada.
La mano que aún extrañas acostumbró su piel
al paso de tu ausencia.

José Antonio Cedrón
(del libro ACTAS)


Eres el inquilino de que fuiste
la presencia indudable de la ausencia.
Han cambiado la mesa de lugar
las llaves de la casa, platos, algunos vasos
(cosa pequeñas que advierte al memoria).
Encuentras las costumbres
el vaivén de una lámpara en el mismo rincón
y también las cortinas que sobrevivirán
a los que conservaron todo.
Y misteriosamente buscas en los cajones
o sobre los fragmentos, alguna identidad
posible.

José Antonio Cedrón
(de Vidario)

Cuando el cuerpo no podía
quedaba horizontal y la carga ignorada.
Aún pasado el invierno no había cómo quitar
las manchas de alcanfor que marcaron el pecho
buscaban adelante, hacia atrás, en los lados
y el cuerpo estaba adentro.
Fue cuando me trataron de la respiración
y era cosa del aire.

José Antonio Cedrón

viernes, 12 de marzo de 2010

ANALÍA PASCANER - LA NOTICIA



Decidí no hablar con mis amigas. Acaso… ¿soluciono algo con comentarlo? Ayer me enteré y guardé la noticia muy dentro mío. Cada palabra me envolvió de tristeza y quitó los colores a mis diminutos pétalos. No… ¿para qué decirlo ahora? Mejor callo, prefiero verlas felices.
El sol baña todo el jardín en esta mañana fresca. Mis amigas ya están jugando con el viento: los alelíes de la parte más baja del tallo se ponen firmes para que los más altos se hamaquen con la brisa y hagan cosquillas a las rosas. ¡Y se divierten tanto cuando las hacen enojar!
Y las rosas… dueñas absolutas del jardín. Siempre orondas, nos miran desde arriba, se jactan que a ellas sí las cuidan, las acarician con amor, las protegen con veneno, sienten su aroma, las podan meticulosamente, las observan a diario, cortan algunos pimpollos para lucirlos sobre la mesa del comedor.
En cambio a nosotras… si a veces creo que ni siquiera saben que existimos. Nosotras somos insignificantes para la señora Emilia, quien siempre expresa: “Menos mal que el tallo es largo y hay varios alhelíes, pues uno solo no vale nada”. A pesar de sus crueles palabras, yo siento que valgo mucho, lo mismo cada una de mis amigas. Sin embargo ayer comprobé que la señora sabe muy bien que existimos, tanto lo sabe que ya no existiremos más.
Ayer la noticia me destrozó el corazón, me arrancó las ilusiones de crecer frente a las margaritas, quienes siempre se inclinan hacia nosotras con gesto amable, nos muestran su radiante corazón amarillo y nos saludan con sus finos pétalos. Ya no creceremos junto al lapacho, cuya sombra nos mantiene a salvo del lacerante sol y cuyas flores nos sonríen hacia fines de cada invierno.
-Dale, Lely ¡ponete a jugar con nosotras! Hoy las rosas se están enojando más que nunca. Jajaja. Dale… vení… apurate…
Hoy no tengo deseos de jugar con el viento. Hoy estoy somnolienta. Anoche la luna acompañó mi angustioso desvelo. Miraba descansar a mis amigas y pensaba la mejor forma de contarles la noticia sin que sufrieran, en especial las flores más jóvenes. Ellas no entienden bien… las más viejas sabemos que algún día nos podarán o nos desprenderemos del tallo, pero nos vamos con el regocijo de saber que otras flores más sanas y más fuertes nos reemplazarán. Sin embargo ya no habrá alhelíes sanos y fuertes en el futuro, ya no habrá alhelíes siquiera.
Ayer al atardecer, cuando mis amigas se saludaban antes de irse a reposar, escuché al jardinero preguntarle a la señora Emilia si estaba segura que quería sacar las plantas de alhelíes de raíz. En ese momento cerré mis ojos deseando escuchar un “no”, y la señora Emilia fue terminante al responder:
-Deje solamente las rosas, don Ramón, saque todos los alhelíes del jardín el próximo sábado.
Miré a todas mis amigas, algunas ya dormían, otras, perezosas, se secaban las gotas de la lluvia del regador, otras secreteaban, ninguna pareció escuchar nada. Durante la noche, observando a una por una de ellas, recordé en silencio cada momento compartido, cada juego inventado, cada votación para decidir a quién le tocaba hacer cosquillas a las rosas. Anoche la luna me acompañó en el recuerdo de mi vida junto a ellas.
No… hoy prefiero no comentar nada a mis amigas. Prefiero observar cómo se divierten con la brisa y las rosas, permitiendo que el viento las mueva de aquí hacia allá constantemente, escuchando sus risas alegres y despreocupadas.
Hoy no tengo deseos de jugar. Hoy estoy somnolienta. Una extraña fuerza me retiene inmóvil. Mis pétalos ceden lentamente al sueño. Quién sabe si volveré a abrirlos alguna otra vez…
¿Ya será sábado?

martes, 9 de marzo de 2010

IGNACIO GIANCASPRO - ZULMA DE MARCO


Publico la poesía de Ignacio Giancaspro junto con la pintura de Zulma de Marco.



ETRUSCO SOY


Etrusco soy
… y Griego
gotas de árabe tal vez
perjuicio y regalo de abuelas violadas
lo dice mi tez
lo gritan mis ojos y mi perfil
mi ademán y mi orgullo
también mi sentir
cuando escucho guitarras…
se me eriza la piel
y cuando veo arenas
caballos
y toros
lo dicen mis hijos de cara gitana
etruscos y griegos
cruzaron mi ayer

Pueblos y pueblos
de espacios abiertos
y soles
y mar
pueblos alegres
pastores de cabras
sufridos y duros
pueblos labriegos…
la cebolla y el vino
el atún la naranja y las uvas
la aceituna y el pan
Ah!... y los higos.



De dónde viene mi nombre?
de qué madeja intrincada
se fue tejiendo?
Y ésta extraña arquitectura
que soy
y que no conozco?
relumbrán quizá destellos Escitas
perdidos en mí
como granos de mica entre las piedras?

De dónde vienen
rituales caldeos
que bailan en mi memoria
y brisas fenicias
llevando en sus barcas
cábalas y oscuras alquimias
deseosas de penetrar la materia
de transmutarla…

Y estas manos?
ensayadas y moldeadas durante siglos
ensayadas en marineros y en escultores
alfareros, alarifes y carpinteros
en hacedores de redes
y tejedores
arperos
artesanos
soñadores de estrellas
y guerreros
Manos prometidas
cuando todavía la sal
era moneda

CREO QUE FUE EN NÍNIVE

Creo que fue en Nínive
donde dejé de olvido
un collar de piedras mágicas
que aun te debo de regalo
Lo robé una noche
a una sacerdotisa de Assur
con quien tuve amores
un verano
Desde entonces
vago sin cesar por el Tiempo
saltando edades
deteniéndome en las horas
tranquilas
de las siestas campesinas
para aspirar
en un voluptuoso
murmullo de hierba
el sentido de la brisa
De pronto atravieso comarcas
como un viento fresco
cabalgando
delfines astrales
Desciendo
interminables escaleras azules
que llevan hacia el vértice
de lujuriosos túneles
Subo trepando
enredaderas rojas
en tu búsqueda siempre
Navego en el sereno canto
de un oboe
que anuncia estremecido
el esplendor de un atardecer
Me lleva el vuelo del viento
hacia el asombro de los naranjos
y me pierdo
en el infinito
de tus ojos claros
para siempre
ardiendo
DESTINO DE POSTE Tu destino final será el fuego
Crucifixión repetida por las calles
Fraternal esclavitud encadenada
de esquina a esquina
Un manojo de yuyos te acompaña
Nunca una flor …?
Destino amargo
Las manos atadas
por telarañas de cobre electrificado
Destino de poste de alumbrado
Recuerdas?
Fuiste selva
erguías tu hermosura guaraní
florecida en cantos
Dialogabas con la seta
que habitó
la humedad de tus raíces
la mariposa que visitó tus ramas
el pájaro que cobijó tu sombra
la hormiga que te contó sus penas
Generoso de murmullos
fuiste sombra agitada por el viento
¿Y aquella enredadera loca
que se enamoró de ti
y envolvió tu gallardía
en abrazos y besos de lianas
Donde está?
Ahora obrero y viejo
proletario agrisado
Quieres descansar
y no te dejan
No tienes sindicato

Un día vendrán
hombres
vestidos de amarillo
a cumplir
la sentencia de exterminio
Un día vendrán
cuando
apuntalarte cueste más
que dejarte caer
Solo entonces
dejarás
la estación penitente del vía crucis
bajarán tu cruz
y hallarás descanso

MALVINAS I

Era mi día 110.287
y todo había concluido ya
un espesa neblina
solo dejaba ver
el pavimento húmedo
y mis pasos
llevándome al trabajo
Pero aún recordaba
aquel coro disonante
monótono y prolongado
de roncas voces monocordes
y un viento de violonchelos
que agitaba
aquella bandera verde
desdibujada
en lo alto
de aquel edificio de amarilla cal
Fortaleza o loquero?
No lo sé
y allí arriba
estábamos todos
ESPERANDO
y yo alcé esa bandera
que ya no era verde
sino un lienzo descolorido
donde alguien
había dibujado con carbón
mi rostro
con sombrero napoleónico
y otros rostros
con los ojos como cuencas
y las bocas como tubos
de caretas anti-gas
y ya mi brazo era el asta
y yo colgaba de él
hecho bandera
y uní mi grito al coro
y fue clamor
entre el humo y la niebla del espanto
y los haces reflectores
sin color

Era mi día 110.287
el pavimento húmedo
y mis pasos.



POEMA


Sentado
en las soledades del cerebro
Antigua claridad
como una túnica me envuelve
Galerías…
descifro jeroglíficos en sus paredes
algunas se derrumban…
Instantes
de cielo azul y nubes
otras oscuras esconden
el jadear visceral de los volcanes
En un recodo se amontonan mis juguetes
como pequeños seres asustados
Encuentros
fulgurantes de la nada
iluminan de pronto
estancias repletas de tesoros
O insospechados abismos
de negrura innominada
Heladas ráfagas, traen y llevan
¿De donde? ¿Hacia dónde?
Jirones del pasado
huellas futuras
en la sombra del presente
Antiguas Danzas Derviches
lejanos ecos de tambores acompañan
Y un Arlequín de trapo baila
sobre el Rojoamarilloverde

Tapiz de Rafael
en la Ceremonia Nupcial
Del Angel
Y el Amor Enamorado
Canta
en el Vino Derramado
en la Mano Extendida
en la Risa
en la Mirada

TANTAS VUELTAS




Tantas vueltas dí en mi vida

con mi vida

Halagada-golpeada

culpable-inocente

Creí en tantas cosas

me creí tantas otras

Amé, reí, lloré

hasta que por fin

te encontré

Y ahora?

Cómo nombrar esta maravillosa mezcla

de locura, santidad y perjurio

que me inunda el alma

la atormenta

la ilumina

la tortura

y la obliga

a decir tu nombre